Las diferentes fases de la artrosis


Fase temprana

Fase temprana

Todas las artrosis comienzan por una degeneración del cartílago que recubre los huesos, conocida como «lesión del cartílago».

Al principio, la degeneración suele afectar a una pequeña superficie de unos dos centímetros cuadrados y solo es superficial. Poco tiempo después aparecen las primeras condensaciones óseas en las radiografías, evidenciándose siempre en las regiones de hueso adyacentes al cartílago lesionado. 

Dichas alteraciones óseas adicionales constituyen un signo determinante del estadio temprano de la artrosis. Sin ellas existe únicamente una «afectación del cartílago», pero no una «artrosis».

En suma, la artrosis significa siempre afectación del cartílago unido a alteraciones óseas.


Fase avanzada

Fase avanzada

Entre la «fase temprana» y la «fase avanzada» pueden transcurrir muchos años. Por tanto, muchos pacientes se encuentran en un estadio intermedio, presentan más alteraciones que en la fase temprana, pero menos que en la fase avanzada. 

En la fase avanzada, el cartílago articular de la región afectada no solo está afectado y lesionado, sino que está totalmente desgastado e incluso ha desaparecido. El hueso desprotegido roza directamente con el hueso opuesto. La radiografía muestra el contacto directo entre los huesos y que la interlínea articular ha desaparecido.

El hueso también ha cambiado con respecto a la fase temprana: es ostensiblemente más denso y más duro y se reconoce mejor en la radiografía. En los márgenes de las articulaciones aparecen grandes espolones óseos. Estas excrecencias óseas («osteofitos») provocan un ensanchamiento de la articulación. El paciente advierte que sus articulaciones aumentan de tamaño y sobresalen. Estos espolones óseos pueden provocar fricciones durante determinados movimientos y causar más dolores.